jueves, 12 de julio de 2012

En estos días raros.

Son días raros para mí.

Mi pasión está en el viñedo y en el campo. Pero últimamente, y gracias a que CALLEJO  está presente en más de 40 países, me la estoy pasando viajando y promocionando el vino en aquellos lugares en los que Callejo tiene presencia.

No es fácil, para alguien como yo, que su tiempo y su cabeza está en el viñedo, "pelear" en el mundo comercial.
La verdad, es que después de casi un año entre aeropuertos, hoteles, restaurantes, clientes, presentaciones y degustaciones, empiezo a coger soltura. Y mi visión del mundo del vino, empieza a ampliarse, es decir, después de tocar todos los aspectos, desde el viñedo, la elaboración, el marketing y ahora la comercialización, todo empieza a cobrar sentido, y también a ser un "sin sentido".

Se puede decir que perdí mi inocencia. El mundo comercial es bestial, y más en estos tiempos. Elegí bien mi estreno: CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL!!
Desde mi "feliz mundo de la viña" todo se veía de otra manera. Esta experiencia comercial me ha servido mucho. 
Ahora sí que aprecio realmente cómo trabajamos en mi familia!!!
En un mundo de leones, mantenerse invariable en nuestra filosofía de TERRUÑO, de AUTENTICIDAD, de CALIDAD, es toda una aventura. 

Son días raros, porque al principio eran muchos los que me vaciaba de energía cuando tenía malas experiencias en la calle y eso nunca me había pasado en la viña.
Estoy aprendiendo a controlarlo, y a quedarme con esas personas verdaderas amantes del vino, que además de restauradores, tienen una visión del intercambio comercial de RESPETO. Respeto por el por el producto, el vino, por su historia, por valorar el esfuerzo que hemos puesto en cada racimo de uva, en el mimo que cada uno de mis hermanos, y hasta mis sobrinos, hemos puesto. 
No somos un monstruo empresarial, somos ante todo VITICULTORES, que amamos y respetamos la tierra donde crece nuestro vino. De ahí mi gran incomodidad, cuando todo eso se olvida en tránsito comercial, y lo único que interesa es su valor monetario. Y además un valor no siempre comprendido, y hasta incluso comparado con "vinos de fábrica". Creo que es comprensible, que cuando me encuentro con tipos así, que afortunadamente no es muchas veces, mi pasión por mi vino, me haga descargarme de energía y me sea robada por esta gente.

Es más, me ha ocurrido una cosa curiosa, de esas que hacen que merezca la pena seguir, y de esas que enganchan a esto.
Ahora estoy en Panamá. Vengo de pasar una semana en Cuba, también promocionando el vino. 
Estando en Panamá, visitando a uno de los restaurantes donde tenemos el vino, el Chef y dueño del mismo, me emocionó y me hizo reflexionar, como nunca hasta ahora me había pasado. Me recordó, cuando hace 20 años estuvo mi padre visitandole, y el cariño que desde aquella época tenía hacia su persona y hacia nuestros vinos. En ese momento, me acordé de cuando yo era pequeña, y tendría unos 10 años.
Mi padre se pasaba la mayor parte del tiempo viajando con una botella debajo del brazo, y recuerdo que en un cumpleaños mío, no pudo estar porque estaba de viaje de negocios. Me escribió un fax felicitandome desde Panamá!!!! Para mi fue todo un acontecimiento aquel fax!
Fue entonces cuando estaba hablando con Pedro, el chef del restaurante, contándome las aventuras de mi padre, cuando pensé: "quién me iba a decir a mi, que 20 años después, estoy aquí, con Chef Pedro, ante un GRAN CALLEJO de 1989 (nuestra primera cosecha) y hablando de aquella época, en la que yo recibía un fax de felicitación por mi décimo cumpleaños" 
Solo puedo decir: QUÉ GRANDE ES EL MUNDO DEL VINO!!!!

Un abrazo!